La Regla de Oro
En esta sección abordaremos mensualmente el tema de la religiosidad en las diferentes culturas. Queremos comprender mejor los valores y costumbres de todas las personas que convivimos en el barrio y que somos tan distintos.
El tema religioso o espiritual admite muchas interpretaciones. Nosotros trataremos de recoger los aspectos comunes a las distintas tradiciones como puente de unión, de convergencia en la diversidad. De este modo queremos contribuir a una convivencia más cercana apoyada en lo mejor de cada uno.
Para empezar, hablaremos de un principio moral muy difundido entre diversos pueblos, revelador de la actitud humanista, reflejado y practicado en los mejores momentos históricos de todas las civilizaciones: Es la “Regla de Oro”. Esta norma de conducta es el principio básico de la no violencia y, en el humanismo universalista, se formula de este modo:
La tradición islámica lo refleja de este modo: Ninguno de vosotros es un creyente a menos que desee para su hermano lo que desee para sí mismo. (Hadiz de Al-Nawawi)
En el cristianismo, Jesús dijo en el Sermón de la montaña: Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos (San Mateo 7, 12.)
Moisés, profeta reconocido por el judaísmo, el cristianismo y el islam, afirmó: No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo (Levítico 19, 18)
En el judaísmo: Lo que no quieras para ti, no lo quieras para tu prójimo. Esta es toda la ley; lo demás sólo es comentario (Talmud, Shabbat 31a; enseñanza del Rabino Hillel).
El tema religioso o espiritual admite muchas interpretaciones. Nosotros trataremos de recoger los aspectos comunes a las distintas tradiciones como puente de unión, de convergencia en la diversidad. De este modo queremos contribuir a una convivencia más cercana apoyada en lo mejor de cada uno.
Para empezar, hablaremos de un principio moral muy difundido entre diversos pueblos, revelador de la actitud humanista, reflejado y practicado en los mejores momentos históricos de todas las civilizaciones: Es la “Regla de Oro”. Esta norma de conducta es el principio básico de la no violencia y, en el humanismo universalista, se formula de este modo:
Trata a los demás como quieres que te traten a tí
La tradición islámica lo refleja de este modo: Ninguno de vosotros es un creyente a menos que desee para su hermano lo que desee para sí mismo. (Hadiz de Al-Nawawi)
En el cristianismo, Jesús dijo en el Sermón de la montaña: Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos (San Mateo 7, 12.)
Moisés, profeta reconocido por el judaísmo, el cristianismo y el islam, afirmó: No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo (Levítico 19, 18)
En el judaísmo: Lo que no quieras para ti, no lo quieras para tu prójimo. Esta es toda la ley; lo demás sólo es comentario (Talmud, Shabbat 31a; enseñanza del Rabino Hillel).
En el hinduismo: No hagas a los demás lo que te causaría dolor si te lo hicieran a ti (Mahabharata 5: 1517)
Buda: No lastimes a los demás con lo que te aflige a ti mismo
Krishna: Los hombres dotados de inteligencia y las almas purificadas deberían tratar a los demás como ellos mismos quisieran ser tratados
Zoroastro: No hagas a los demás lo que no es bueno para ti
La regla de oro bahá'í es: Bendito el que prefiere a su hermano antes que a sí mismo
Máxima de los sikhs: Trata a los demás como tú quisieras que te trataran
Y estos son sólo unos ejemplos. La práctica de la Regla de Oro, como actitud personal, implica una sensibilidad y una forma de mirar a los demás diferente en la que necesariamente nos identificamos con los otros y no podemos dañarlos.
Si quieres ampliar esta información, opinar o sugerir sobre este artículo: jmartos@eresmas.net
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